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Negar a Mahoma se castiga penalmente en Malasia
Una profesora malaya es condenada a la cárcel por su apostasÃa del Islam
Miércoles 5 de marzo de 2008, por ER. Yakarta
El juez, Muhammad Abdullah, considera que la acusada no se ha arrepentido de su apostasía y que seguirá propagando enseñanzas contrarias al Islam, lo que en Malasia constituye delito. Además, como no le devolvió el saludo tras el Salam malekum de rigor, el jurista no necesitó más pruebas para condenarla por el «delito» de apostasía.
Además, Kamariah Ali es «reincidente», ya que en 1992 fue también declarada culpable de apostasía por un tribunal islámico en Kota Baru, capital del estado malayo de Kelantan.
Islamismo retrógrado y medieval
En 2005, Human Rights Watch denunció a Malasia por coartar la libertad de culto de la secta «Reino del Cielo», cuyos miembros fueron detenidos y acusados de ir contra la religión musulmana. Ayah Pin, fundador del credo y actualmente exiliado, fundó un centro en el estado de Terengganu para enseñar sus doctrinas.
En Malasia, los malayos, que constituyen el 50 por ciento de la población, son musulmanes por nacimiento y necesitan el permiso de una corte islámica para abandonar su fe, sin que se le haya concedido a ninguno el derecho a apostatar. La identificación entre religión y política en los países islámicos conduce a que cuestiones morales, como las preferencias religiosas o las sexuales, se conviertan en cuestiones penales, algo que en el Occidente cristiano que ha superado el Antiguo Régimen resulta ridículo.
En el 2007, Lina Joy, mujer musulmana convertida al Cristianismo, no consiguió que un tribunal civil borrara la palabra Islam de su documento de identidad. En Malasia los no islámicos no pueden siquiera usar la palabra Alá, buena muestra de este rigorismo medieval en el que vive la nación asiática.