Febrero de 2014 – El Chapo Guzmán habrÃa sido capturado en México · Diciembre de 2012 – Nicolás Maduro anuncia la gravedad del estado de Hugo Chávez · Julio de 2012 – Muere el contrarrevolucionario cubano Oswaldo Payá · Mayo de 2012 – Arrepentirse, un acto vergonzoso. Perdonar, un acto cobarde · Mayo de 2012 – Grecia y la Nueva Europa · Mayo de 2012 – "Pesadillas" contra China · Abril de 2012 – Discurso de Axel Kicillof en el Senado argentino · Abril de 2012 – Discurso de Hugo Chávez en La Habana 1994 · Abril de 2012 – Entrevista de Ana Pastor a Rafael Correa · Abril de 2012 – La revolución no debe ser televisada · |
V.I. Lenin
Resultados e importancia de las elecciones presidenciales en Norteamérica
Jueves 28 de junio de 2012, por Caja de resonancia
Wilson, "el demócrata", ha sido elegido presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Ha obtenido más de seis millones de votos; Roosevelt (nuevo “Partido Progresista Nacional”), más de cuatro millones; Taft (“Partido Republicano”) más de tres. El socialista Eugene Debs ha sacado 800.000 votos.
El alcance mundial de las elecciones norteamericanas consiste no tanto en que ha aumentado mucho el número de votos socialistas; consiste en la magna crisis de los partidos burgueses, en la pasmosa pujanza con que se ha manifestado su descomposición. Finalmente, la importancia de las elecciones consiste en la actuación extraordinariamente clara y acusada del reformismo burgués como recurso de lucha contra el socialismo.
En todos los países burgueses, los partidos que mantienen el punto de vista del capitalismo, o sea, los partidos burgueses, se han constituido hace ya mucho tiempo y con tanta mayor solidez cuanto mayor era la libertad política.
En Norteamérica hay la libertad más completa. Y dos partidos burgueses se han distinguido allí durante todo un medio siglo –después de la guerra civil de 1860 a 1865 con motivo de la esclavitud- con extraordinaria solidez y vigor. El partido de los anteriores esclavistas es el llamado “Partido Democrático”. El de los capitalistas, que estaba por la emancipación de los negros, se ha desarrollado en el “Partido Republicano”.
Libertados los negros, cada vez ha sido menor la diferencia entre uno y otro partido. La lucha entre ellos se ha mantenido principalmente por la cuestión de establecer aranceles de aduanas más o menos altos. Esta lucha no tenía ninguna importancia seria para las masas del pueblo. Al pueblo lo han engañado, lo han desviado de sus intereses esenciales por medio de duelos efectistas y sin fondo de los dos partidos burgueses.
El denominado “sistema de los dos partidos” reinante en Norteamérica y en Inglaterra ha sido uno de los medios más poderosos para impedir el surgimiento del partido obrero independiente, o sea, de un partido genuinamente socialista.
Pues bien, en Norteamérica, en el país del capitalismo más avanzado, ¡ha fracasado el sistema de los dos partidos! ¿Cuál ha sido el motivo de este fracaso?
La pujanza del movimiento obrero, el crecimiento del socialismo.
Los viejos partidos burgueses (el “Democrático” y el “Republicano”) se orientaban al pasado, a la época de la liberación de los negros. El nuevo partido burgués, el “Partido Progresivo Nacional” se orienta al futuro. Todo su programa gira en torno de la cuestión del ser o no ser del capitalismo, precisamente en torno a la cuestión de la defensa de los obreros y de la cuestión de los “trusts”, como llaman en Norteamérica a las alianzas de capitalistas.
Los viejos partidos fueron fruto de la época que tuvo por tarea desarrollar lo más rápidamente posible el capitalismo. La lucha de los partidos se reducía a cómo acelerar y facilitar mejor ese desarrollo.
El nuevo partido es fruto de la época contemporánea, que plantea la cuestión de la propia existencia del capitalismo. En Norteamérica, el país más libre y más adelantado, esta cuestión se plantea a la orden del día del modo más claro y amplio. Todo el programa y toda la agitación de Roosevelt y de los “progresistas” giran en torno a cómo salvar el capitalismo por medio de… reformas burguesas.
El reformismo burgués que en la vieja Europa se presenta como verborrea de profesores liberales, ese reformismo burgués se ha presentado de pronto en la república libre norteamericana como un partido de cuatro millones de adeptos. Eso es a lo norteamericano.
Salvaremos el capitalismo con reformas –dice este partido-. Daremos la legislación fabril más adelantada. Pondremos el control del Estado sobre todos los trusts (en Norteamérica eso significa ¡sobre toda la industria!). Les pondremos el control del Estado para que no haya miseria, para que todos reciban un salario “decente”. Instauraremos “la justicia social e industrial”. Juramos y perjuramos que haremos todas las reformas… Únicamente no queremos una “reforma”: ¡la expropiación de los capitalistas!
Toda la riqueza nacional de Norteamérica asciende ahora a 120.000 millones de dólares, o sea, unos 240.000 millones de rublos. ¡Cerca de una tercera parte de ellos, unos 80.000 millones de rublos, pertenecen o están sometidos a dos trusts: al de Rockefeller y al de Morgan! No más de 40.000 familias, que constituyen estos dos trusts, son dueños de 80 millones de obreros asalariados.
Se comprende que existiendo esos esclavistas modernos, las “reformas” son puro engaño. Roosevelt está a ciencia cierta contratado por los hábiles multimillonarios para que propague ese embuste. El “control del Estado” prometido por él se convertirá, conservando los capitalistas su capital, en un medio de lucha contras las huelgas y de sofocación de las mismas.
Pero el proletariado norteamericano ya se ha despertado y ha ocupado su puesto. Acoge con jovial ironía los éxitos de Roosevelt. ¿Se ha llevado usted a cuatro millones de personas con sus promesas de reformas, muy señor charlatán Roosevelt? ¡Estupendo! Esos cuatro millones verán mañana que sus promesas son un engaño, y esos millones le siguen a usted sólo porque sienten que no se puede vivir como antes.