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En Malasia y en asuntos «morales»
Fallará acerca de casos en los que la mujer es considerada un ciudadano de segunda, tal y como Alá manda
Viernes 13 de agosto de 2010, por ER. Yakarta
Rafidah Abdul Razak, magistrada de 39 años de edad, ha sido designada hace unos días para presidir una vista sobre una disputa de herencia. La otra mujer nombrada para el mismo puesto el pasado mayo, Surayah Ramlee, de 31 años, comenzará este jueves su labor de impartir justicia.
Desde el Ministerio de Justicia de Malasia se considera un gran paso que las mujeres puedan asumir idéntica autoridad que los varones en los tribunales islámicos. El mismo parecer manifiestan medios europeos acerca de este nombramiento, considerado por algunos casi una revolución.
Los fallos, según manda la ley islámica
Sin embargo, lo que los medios europeos celebran como una auténtica revolución, resulta algo que en el fondo no lo es tanto: estas mujeres no podrán aplicar sentencias «de género», para favorecer a las mujeres, sino que habrán de aplicar estrictamente la sharia o ley islámica en los tribunales encargados de juzgar a musulmanes en Malasia, donde se litiga acerca de herencias, disputas familiares y delitos «morales» [sic], como el consumo de alcohol, relaciones adúlteras o relaciones prematrimoniales.
Al fin y al cabo, la presencia de mujeres magistrado era algo perfectamente habitual en los tribunales encargados de litigar en asuntos seculares, por lo que tampoco puede considerarse una gran novedad. Las protestas de las feministas sobre las sentencias en los tribunales islámicos, que suelen favorecer a los hombres, son totalmente estériles si no se cuestiona el medieval y retrógrado marco legal islámico, diseñado precisamente para favorecer a los hombres frente a las mujeres, auténticos ciudadanos de segunda en los países islámicos, aun no siéndolo del todo como Malasia, que permite alrededor de un cuarenta por ciento de «disidencia» respecto a la fe de Mahoma.