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Bajo la excusa de frenar el terrorismo
La antigua provincia española es entregada cobardemente por los pánfilos socialdemócratas
Miércoles 24 de noviembre de 2010, por ER. Argel
El argumento alauita es sencillo: o ellos o el Frente Polisario, que amenaza con volver a las armas ante la pasividad de España, antigua soberana de la Provincia del Sahara Occidental, que tuvo que abandonar en 1975 a causa de las tensiones propias de la Guerra Fría (Estados Unidos temía que Argelia, entonces alineada con la URSS, constituyese una amenaza para la zona), quedando el Sahara Español en un limbo administrativo y con un «referendum de autodeterminación» a cargo de España, del que habría de surgir un estado independiente, nunca celebrado.
Pero la pasividad europea, acrecentada con el gobierno socialdemócrata de Rodríguez Zapatero, ha dado carta de naturaleza a lo que es una ocupación en toda regla de Marruecos, que Estados Unidos bendice ante una eventual ofensiva de Al Qaeda en el Magreb en la zona.
Así, la posibilidad de un Sahara Occidental libre de influencias marroquíes, queda cercenada por la pasividad de la «potencia descolonizadora» y el chantaje marroquí, que plantea la disyuntiva de un Sahara parte de su «Gran Marruecos» o la posibilidad de «un feudo terrorista en el Magreb», afirman los representantes marroquíes.
Expansionismo islámico a costa del país europeo
Naciri advirtió que el futuro de Europa dependía de algo tan claro como «la unidad territorial del Reino de Marruecos». ¿A qué se refería con semejante afirmación? Pues a la ambición de la monarquía alauita respecto a territorios de los países de su entorno, como España, Argelia, Mauritania, Malí y el Sáhara Occidental.
De España es sabida la ambición de Marruecos respecto a las Islas Canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, pero de otros países como Argelia, a los que quieren expoliar para construir el «Gran Marruecos», llegan a levantar la injuria de colaboración con el terrorismo: «¿Acaso quieren que haya un sexto Estado en el Magreb protegido por Argelia, una zona de tensión y un feudo para los terroristas?», se pregunta el citado Naciri.
Algunos expertos europeos han asociado el terrorismo de Al Qaeda en el Magreb con la política de expansionismo de Marruecos, lo que no deja de ser un contraste con la cínica reivindicación del reino alauita de luchar contra el terrorismo. Todo mientras se asuma la paz que Mohamed VI pretende imponer a costa de sus vecinos africanos y europeos.