Las decisiones de «desenterrar cadáveres» y de «borrado del pasado soviético» provocan graves enfrentamientos en Estonia

Una estatua que ya no está

El monumento fue fragmentado y evacuado rápidamente

Las decisiones del gobierno de Estonia de retirar la estatua dedicada al soldado del Ejército Rojo en Tallin y exhumar los cadáveres de los soldados que la circundan , han provocado graves disturbios que se prolongan ya tres días.

Los disturbios masivos y brutales, acaecidos las noches del viernes y sábado (27 y 28 de abril) en la capital de Estonia, dejaron un saldo de un muerto y 44 heridos, informaron las fuentes policiales.

La estatua del Soldado del Ejercito Rojo fue separada en diversos fragmentos y sacada del centro de la ciudad, comunicó un portavoz del Gobierno estonio.

En la actualidad, las piezas del antiguo monumento militar de la época soviética se encuentran bajo custodia policial, en un lugar que el Gabinete prefiere mantener en secreto.

Desde que Estonia gana concursos de Eurovisión y forma parte del selecto club de naciones que conforman la biocenosis europea, ésta nación se encuentra embarcada en un proceso de enterramiento y borrado de su pasado soviético. Algo parecido a lo que sucede en España con su pasado franquista, que quiere ser declarado «ilegal» retroactivamente desde el presente democrático.

Sin embargo, en Estonia, la población todavía recuerda, tienen memoria episódica , que no histórica (y muchos con franca nostalgia) del pasado bajo influencia rusa y reniegan de este presente bajo influencia de Alemania, precisamente la nación contra la que se produjo la guerra que el monumento conmemoraba.

Rusia por su parte ha declarado que tomará medidas contra Estonia, aunque todavía no ha manifestado de qué índole pueden ser, sí ha mencionado que no serán suaves sino contundentes. Algunos senadores rusos ya han propuesto romper totalmente las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, profundizando así las brechas entre las naciones que conformaban el antiguo Imperio soviético.