Febrero de 2014 – El Chapo Guzmán habría sido capturado en México · Diciembre de 2012 – Nicolás Maduro anuncia la gravedad del estado de Hugo Chávez · Julio de 2012 – Muere el contrarrevolucionario cubano Oswaldo Payá · Mayo de 2012 – Arrepentirse, un acto vergonzoso. Perdonar, un acto cobarde · Mayo de 2012 – Grecia y la Nueva Europa · Mayo de 2012 – "Pesadillas" contra China · Abril de 2012 – Discurso de Axel Kicillof en el Senado argentino · Abril de 2012 – Discurso de Hugo Chávez en La Habana 1994 · Abril de 2012 – Entrevista de Ana Pastor a Rafael Correa · Abril de 2012 – La revolución no debe ser televisada · |
Desde hace 30 años
Para disimular el perjuicio que causan a los trabajadores «de todas clases»
Lunes 7 de septiembre de 2009, por Grupo Promacos
De la mano de Alfonso Guerra, uno de los que presumieron en su día de los «cien años de honradez» (y cuarenta de vacaciones, como señalaban los comunistas durante el franquismo), el presidente Rodríguez Zapatero alentó a los «trabajadores de todas clases» a seguir aguantando el expolio que de España y sus fuentes de riqueza realiza el gobierno socialfascista. El escenario de la crisis económica no ha servido para frenar las ansias expoliadoras de este partido y de los sindicatos de clase, sino que además éstos, todos de la mano en hermandad como durante el nacionalsindicalismo franquista, amenazaron con una huelga contra los empresarios, cuyos beneficios están en mínimos y en buena lógica materialista no pueden hacer más de lo que hacen en materia de contratación.
El Grupo Promacos no puede dejar de destacar el ambiente en el que transcurrió este brutal engaño a los españoles. Todo ello en un entorno onírico, que nada tiene que ver con la minería y la industria que tamizaban la zona y sí con el turismo rural. Todo gracias a la política de reconversión industrial que significó la venta de España al eje francoalemán. Todo para seguir disimulando que representan a los obreros, pese a ser los principales amigos de la banca y de la burguesía.
Alfonso Guerra, viejo socialfascista y experto en el engaño masivo a los trabajadores, se presentó como el guardián de una esencia obrerista del PSOE que nunca ha tenido lugar en este mundo, alertando de los peligros del «capitalismo salvaje» y culpando a los empresarios del alargamiento de la crisis económica. El líder de UGT, Cándido Méndez, también acusó a los empresarios de echar a los trabajadores a la calle de la misma forma que se sacan «las bolsas de basura». Mientras, Méndez y sus acólitos siguen viviendo a cuerpo de rey a costa del Estado, sin que ninguna iniciativa sindical para aliviar el paro español haya visto la luz hasta el momento.
Con notable cinismo, Zapatero solicita «a algunos ciudadanos que contribuyan más para la protección social». Pero ese «algunos», tan ambiguo de por sí, en realidad representa a «todos» dentro de las clases medias, los mismos perjudicados de las subidas de impuestos «progresivos», mientras los ricos siguen evadiendo cargas fiscales tan tranquilos.
Tras el planetario anuncio, se entonó la Internacional para completar la farsa y levantaron el puño la número tres del PSOE, Leire Pajín, y la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, dos jóvenes mantenidas cuya relación con la clase obrera es la misma que el agua mantiene con el aceite. Símbolo inequívoco de lo que ha sido, es y será el socialfascismo y sus mentiras.