Febrero de 2014 – El Chapo Guzmán habría sido capturado en México · Diciembre de 2012 – Nicolás Maduro anuncia la gravedad del estado de Hugo Chávez · Julio de 2012 – Muere el contrarrevolucionario cubano Oswaldo Payá · Mayo de 2012 – Arrepentirse, un acto vergonzoso. Perdonar, un acto cobarde · Mayo de 2012 – Grecia y la Nueva Europa · Mayo de 2012 – "Pesadillas" contra China · Abril de 2012 – Discurso de Axel Kicillof en el Senado argentino · Abril de 2012 – Discurso de Hugo Chávez en La Habana 1994 · Abril de 2012 – Entrevista de Ana Pastor a Rafael Correa · Abril de 2012 – La revolución no debe ser televisada · |
El socialfascismo ha logrado un asiento que «generosamente» ha cedido Francia
España mostrará su servilismo ante Francia en la reunión del G 20
Viernes 7 de noviembre de 2008, por Grupo Promacos
El español Juan Garcés, que fuera asesor del finado Presidente chileno Salvador Allende y del francés Mitterand, publicó en 1996 el libro titulado Soberanos e intervenidos, donde realiza un estudio sobre las relaciones internacionales desde la Edad Moderna y las luchas entre imperios hasta el actual dominio de los Estados Unidos. Destaca en su obra el papel de servilismo que otorga a España respecto a Francia a partir de la implantación en el suelo español de la dinastía de los Borbones, vencedores de la Guerra de Sucesión a comienzos del siglo XVIII.
Sin embargo, no se puede considerar en rigor sumisión a los pactos de familia que ataron los distintos Borbones, ya fueran de Francia, España o la península itálica, para hacer frente a otras familias monárquicas de Europa, como los Austrias. Sobre todo porque España, gracias a la dirección de los Borbones, logró mantener su unidad y fortaleza a costa de la derrota de los Augsburgo, que pretendían convertir España y su imperio en un conjunto de dispersos feudos, a imagen del ficticio Sacro Imperio Romano Germánico.
Sin embargo, con la invasión napoleónica desapareció el Antiguo Régimen en España y el Imperio español se deshizo, convirtiéndose en un conjunto de naciones políticas. Con ello también llegó una época de convulsión en España, que provoca su sumisión a la Francia postrevolucionaria por lo menos hasta la victoria franquista en la guerra civil española. Incluso el centenario del comienzo de la guerra de la independencia, en 1908, se convirtió en una celebración de mínimos para no molestar a Francia.
En lo que acierta Garcés es al enjuiciar a los partidos políticos españoles salidos de la transición a la democracia: los califica de partidos artificiales, sin el más mínimo arraigo social y subordinados a terceros países. Eso se comprueba en actos como la pantomima de unidad tras un atentado de ETA hace casi ya un año. El PSOE se refundó expulsando a militantes históricos suyos como Rodolfo Llopis, y gracias a la financiación de la socialdemocracia alemana se convirtió en un partido predominante desde su triunfo electoral en 1982, amarrado siempre a Europa, a la que ha cedido decisiones importantes: reconversión industrial, aceptación del euro, destrucción de la producción láctea y agrícola...
Viendo peligrar su papel en España a causa de la alianza preferencial trabada entre Aznar y Bush (la famosa foto de las Azores), tras vencer en las elecciones generales de 2004 —11 M mediante—, la socialdemocracia española comenzó a fraguar alianzas alternativas, cuyo fracaso es el más rotundo que se recuerda: si algunos analistas alejados de lo políticamente correcto afirmaron que Aznar había puesto a España en un lugar de preferencia que habría que remontarse a Carlos III para verlo (el famoso tratado de París de 1763, en el que España proclamó su papel imperial tras la Guerra de los Siete Años entre Francia e Inglaterra), Zapatero situó a España al nivel del siglo XIX, como una nación de segunda fila subordinada a Francia para poder hacer cualquier mínimo movimiento en política exterior.
Por lo tanto, desde el Grupo Promacos consideramos que lo que el socialfascismo representado por Zapatero vende como un gran éxito, es en realidad un premio de consolación, unas migajas otorgadas por Francia como recompensa al absurdo y ridículo servilismo que España ha mostrado con los franceses, con un país hoy día venido a menos y claramente inferior frente al Imperio realmente existente, Estados Unidos.