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Aunque la justicia argentina no es un modelo a seguir, “Isabelita” tal como se conoce a la expresidenta argentina María Estela Martínez (1974-1976), tercera esposa de Juan Domingo Perón, miembro de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y cómplice de los asesinatos y torturas con los que se ensuciaron la historia de nuestra tierra, podría quedar sin juicio y sin extradición, ya que debido a su edad, (75 años) y a su estado de salud, la justicia española podría decidir no extraditarla.
El juez español Del Olmo ha decidido poner en libertad provisional a Isabelita tras haber sido detenida la semana pasada en Madrid (España) por la Interpol y negarse ésta a ser extraditada (ventajas del acuerdo de extradición simplificada según el cuál si el reo se niega a la extradición se amplia el plazo de proceso, mientras que es inmediato si acepta).
La doble moral de los legalismos (por un lado pretender reparar los males hechos, por otro saben que es absurdo juzgar y condenar a alguien que tiene contados sus años de existencia) ha permitido salvarse ya a más de un miembro de la Triple A. Probablemente Isabelita, como tantos otros criminales, muera en su cama, mientras que se celebra con champán la inutilidad de no haberla juzgado tal como se merecía. Como dice el poeta español a quien tanto queremos en estas tierras, “celebrando la victoria que la historia les robó”. Es decir, celebrando su incapacidad para ajusticiar a quien lleva años mereciéndolo.