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La Asamblea ambiental no se conforma con bloquear los pasos por carretera y amenaza cerrar las rutas fluviales.
Miles de turistas argentinos sufren la pérdida de vacaciones a causa de los ecologistas
Viernes 5 de enero de 2007, por ER. Buenos Aires
El conflicto se inició cuando en el año 2005 diversas fabricas de celulosa de origen finlandés y español decidieron instalar plantas pasteras en la zona de Arroyo Verde, una franja de unos doce kilómetros que discurre por la frontera argentino-uruguaya. Mientras que para Uruguay la ventaja de la instalación de las pasteras es evidente (incremento de los puestos de trabajo, de la industria, inversiones de capital extranjero en el país, &c.) para parte de la población argentina se trata de una violación de los “derechos ecológicos” por lo que formaron una plataforma para protestar por la construcción de las fábricas de celulosa. Greenpeace, que no se pierde una, apoya a la asamblea de Gualeguaychú frente a la población de Fray Bentos, que ve como por culpa de los argentinos pueden esfumarse sus esperanzas de mejoras económicas y laborales.
La tensión fronteriza ocasionada por los ecologistas entre ambos países, ha provocado que tanto Uruguay como Argentina hayan recurrido al tribunal virtual internacional de La Haya, como si una determinación de este tribunal pudiese imponer su sentencia a los manifestantes y dar la tranquilidad buscada entre ambas naciones. Nada más lejos de la realidad si se carece de una fuerza que haga cumplir dicho dictamen. También MERCOSUR ha intervenido en el conflicto, calificando los bloqueos como ilegales y exhortando a los piqueteros a cesar en esta traba al cruce de un país al otro. Sin embargo el gobierno argentino parece inhibirse ante las protestas de los ecologistas sin ponerles freno ni medida, lo cuál agrava el conflicto político con el Uruguay.
Debido a las tensiones, la papelera española decidió trasladar su planta a una zona geográfica de Uruguay menos conflictiva. Pero la filandesa Botnia tiene previsto que este año pueda ponerse en funcionamiento la nueva fábrica de Arroyo Verde, ya que sus obras están bastante avanzadas.
Desde que se iniciase el conflicto hasta hoy, la plataforma ecologista Asamblea Ambiental de la ciudad argentina de Gualeguaychú ha mantenido cortes en la frontera por carretera entre ambos países, sólo permitiendo el paso a algunos vehículos. Este bloqueo es permanente desde el pasado mes de diciembre, llevando 46 días cerrado el paso entre Fray Bentos y Gualeyguachú. Esta protesta tiene como objetivo demostrar a Uruguay que su principal industria son los turistas argentinos y no la producción de papel. Por otra parte es lógico que Uruguay no quiera depender exclusivamente de lo ingresos del turismo y pretenda reforzar sus economía con otro tipo de industrias y de servicios.
Las manifestaciones de los ecologistas han disuadido a muchos argentinos que comenzaban este mes sus vacaciones de visitar el país vecino, cuando no se han visto bloqueados por los piqueteros, que les han impedido disfrutar de sus días de descanso. Las cifras revelan que solo unos dos mil argentinos han conseguido pasar sus dias de vacación en Uruguay, frente a los 60.000 que lo hiciesen el año pasado. No obtante, el dichoso conflicto ha tenido el efecto del turismo morboso, estableciéndose la ruta de las papeleras. Turistas europeos se fotografían ahora junto a las barricadas de los ecologistas.
La última acción de los ecologistas pretende bloquear el puerto de Buenos Aires para evitar que los turistas lleguen a Uruguay por medio fluvial. Afortunadamente y en un alarde de racionalidad el fiscal del estado ha denegado apoyo político a esta medida, advirtiendo que habrá detenciones si realmente llega a cristalizar la protesta de la barricada fluvial. No obstante se prevé próximamente una manifestación de piqueteros en la capital de Argentina que podría llegar a establecer su protesta a las puertas de la Casa Rosada.