La Iglesia Católica denuncia la estrategia religiosa del Imperio Norteamericano en Irak

Arzobispo de Bagdad

El arzobispo parece vivir en su propio mundo de fantasia donde la política, la violencia y la religión debieran ser cosas separadas megáricamente

El arzobispo de Bagdad, Juan Benjamin Sleiman ha denunciado el desembarco de «sectas evangélicas estadounidenses» en Irak. Según el arzobispo el intento de los protestantes es expandir el «fundamentalismo que instrumentaliza a Dios». El arzobismo Sleiman, ha expresado además en una ponencia titulada El valor de las iglesias en Oriente Medio que el protestantismo es una amenaza pues intenta combatir el fundamentalismo islámico que confunde Dios y actividad política con otro fundamentalismo del mismo corte «que intenta instrumentalizar a Dios para fines políticos». El prelado católico no tuvo reparos en admitir públicamente que era el mismísimo gobierno de Washington el que estaba fomentando esa entrada masiva y ese proselitismo contumaz gracias a suculentos «medios financieros y económicos».

Siguiendo las directrices de Benedicto XVI, para el cual la predicación religiosa y la violencia serían incompatibles, el arzobispo Sleiman también ha denunciado que se esté utilizando la situación de inestabilidad política causada por la invasión militar para el proselitismo.

Lo que es incapaz de ver el Vaticano.

Puede detectarse cierto panfilismo en las filas del Vaticano. El Estado que antaño se caracterizó por una realpolitik posibilista hoy día se está dando a la más desastrosa política metafísica y pánfila al negarse a reconocer la dialéctica efeciva entre los Estados existentes. El Imperio Norteamericano lleva a Irak aquello que puede facilitarle la conformación de Irak según sus planes y programas.

Lo que desde El Revolucionario nos preguntamos es porqué sigue eligiendo en su política imperial a iglesias e ideologías protestantes y no a católicos norteamericanos para sus fines internacionales. La respuesta es sencilla. Porque a día de hoy, el ortograma principal del Imperio Norteamericano es y seguirá siendo con Obama —en lo básico— protestante, anglosajón, liberal y capitalista. Corresponde a los hispanos organizarse y hacerlo cambiar de rumbo.