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En la próxima reunión del Mercosur el próximo lunes y martes
Fuentes de la presidencia aseguraron que "Uruguay va a plantear las cosas de fondo, va a ser un planteo medio fuerte"
Domingo 16 de diciembre de 2007, por ER. Montevideo
El mercado común suramericano integrado por Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina (con posibles miembros futuros como Venezuela, Ecuador o Perú, y con México como observador principal) se encuentra en una grave crísis. Así lo vislumbra tanto Tabaré Vázquez como el resto del Gobierno oriental del Frente Amplio, los cuales en la cumbre de la próxima semana plantearán su disconformidad con las políticas llevadas a cabo por el Mercosur en virtud de los planes y programas que la nación política uruguaya pretende llevar a cabo para su medio y largo plazo.
El Ejecutivo oriental afirma que sus denuncias con respecto a las asimetrías entre naciones del Mercosur siquiera han sido escuchadas por las demás naciones, principalmente las dos más poderosas, Brasil y Argentina. Tampoco, según fuentes gubernamentales orientales, el Mercosur ha avanzado nada en el sistema de distribución de la renta aduanera, algo que perjudica los intereses uruguayos más perentorios. A partir de diversos informes presentados por parte de Uruguay al resto de sus socios del Mercosur denuncian que el bloque geoeconómico suramericano está en una grave crisis, y que necesita una «reformulación realista y creíble».
Uruguay no puede admitir la bilateralidad decisional brasileño—argentina —algo por otra parte lógico en la dialéctica de clases y de Estados, ya que siempre los Estados más poderosos son los que tienen más facilidades para mover ficha en la geopolítica internacional con respecto a Estados más pequeños y débiles—, como tampoco comparte ciertos asuntos institucionales de la misma organización del Mercosur, el desigual acceso a los mercados regionales y extrarregionaes, todo ello plasmado en los problemas de asimetría entre las naciones del Mercosur.
Además de todo eso, y es un punto crucial que a Brasil y a Argentina escama muchísimo, la República Oriental del Uruguay denuncia que en diez años no se ha avanzado nada en las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea para llegar a un acuerdo comercial. De hecho, el comisario europeo de política económica y monetaria, el español Joaquín Almunia —antiguo ministro del gobierno español del socialdemócrata Felipe González— asistirá personalmente a la reunión próxima del Mercosur que desde El Revolucionario se les informa. En esa reunión, el socialdemócrata Almunia «analizará el relacionamiento Mercosur—Unión Europea». Almunia se reunirá además con el presidente oriental Tabaré Vázquez. Esto tiene que ver con el reclamo uruguayo de poder negociar los socios del Mercosur acuerdos comerciales con otros países, algo que ha provocado la preocupación del princial socio del bloque, Brasil. Ya el intento uruguayo de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Imperio Estadounidense provocó tensiones con Brasil y Argentina —además de Venezuela—, con lo que al final sólo Uruguay y el Imperio realmente existente llegaron a un simple Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones (TIFA, según sus siglas en inglés). Pero según informó la prensa argentina recientemente, la República Oriental del Uruguay estaría tratando de firmar un Tratado de Libre Comercio con el Imperio a espaldas del Mercosur.
Danilo Astori, ministro uruguayo de Economía aseguró sobre estos asuntos que «es absolutamente fundamental un Uruguay cada vez más importante fuera de la región. No para abandonar la región de la que formamos parte, ya que es imposible, sino para ampliar las posibilidades de este país».
Además, Uruguay aprovechará esta reunión próxima para denunciar una vez más el bloqueo fronterizo de los ecoambientalistas argentinos en la frontera uruguayo—argentina en protesta de la colocación cerca de la frontera en el Río Uruguay de una fábrica de pasta de celulosa de la empresa finlandesa Botnia. Uruguay denuncia que el Mercosur no se ha tomado este conflicto como un problema del bloque económico entero y que simplemente lo ha considerado como un asunto bilateral entre dos Estados.
Desde luego, tanto Uruguay como el resto de sus compañeros mercosurianos, debido a su —por otra parte normal— defensa de sus propios planes y programas como Estados, no hacen más que tirar por tierra una y otra vez cualquier posible unión hispánica frente al Imperio y frente a la Unión Europea, actor imperial que también busca rentabilizar sus intereses en Iberoamérica, bajo el mando indiscutible del Eje Berlín—París de Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy.