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La Audiencia Nacional española los cita
El idealismo armonista humanitario choca con la realidad del estado nacional español
Domingo 23 de febrero de 2014, por ER. Madrid
La presente semana ha visto desfilar por España a una gavilla de colaboradores de la hispanófoba banda ETA. La farsa, presentada como un avance de la definitiva entrega del arsenal de armas en poder de la banda, se escenificó con el concurso de varios representantes de esta facción heredera de las más montaraces, racistas y clericales facciones de la derecha política española, debidamente encapuchados –no se empleó en esta ocasión la habitual boina- y la presencia de unos así llamados «verificadores internacionales»: Ram Manikkalingam, de Sri Lanka; Ronnie Kasrils, de Sudáfrica; Chris Maccabe, del Reino Unido; Fleur Ravensbergen, de Holanda y Aracelly Santana de Ecuador, sin que a España viajara el indio Satish Nambiar.
El teatrillo, para cuyo telón de fondo fue escogido el Guernica de Picasso, ha sido difundido mediante televisión material por parte de la BBC. En él se puede ver a los bien remunerados colaboradores exteriores recibiendo un minúsculo ajuar de armas y una lista sobre la que uno de los ceremoniosos etarras estampaba un sello.
Finalizada la bien retribuida función, los miembros de la denominada Comisión Internacional de Verificación (CIV) se disponían a regresar a sus residencias cuando fueron abordados por fuerzas policiales que les anunciaban la cita que el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, les ha impuesto para que informen sobre el paradero de los etarras con los que tanto han intimado.
Desde El Revolucionario consideramos un acierto tal citación, si bien, en lógica con nuestra ya luenga trayectoria en este aspecto, echamos de menos acciones más contundentes contra las bandas mutiladoras de la nación española, tanto de aquellas que se esconden tras pasamontañas como aquellas que, aún más peligrosas, actúan desde la legalidad de los partidos políticos, con un objetivo claro y definido: la destrucción de España.